Si al sacar tu vajilla de porcelana para celebrar las próximas fiestas adviertes que tiene alguna rajadura pequeña, pon la pieza de porcelana en un cazo y añade un par de tazas de leche o la cantidad necesaria para cubrir la pieza. Calienta la leche a fuego muy bajo por una hora y apaga.
Deja que se enfríe sin sacar la porcelana del cazo. Cuando la leche esté fría, échala y lava a continuación la porcelana con agua tibia, unas gotitas de jabón líquido y un chorrito de vinagre blanco. Enjuaga y deja secar. ¡Se verá como nueva!
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